G.R.P.G.

Esta técnica busca devolverle al paciente una postura lo más cercana a la ideal, de acuerdo a sus posibilidades, y enseñarle a realizar los cambios necesarios en su vida diaria para no volver a posturas dañinas.

“Cambiar una postura tóxica no es simple”. No hay tiempos predeterminados para conseguirlo, puede llevar años, por lo tanto es importante tener ganas de hacer el cambio mental y acompañarlo con el esfuerzo físico correspondiente. “Es un método lento. Es que, para que existan cambios y correcciones, debemos darle tiempo al cuerpo a que las haga conscientes”

Para lograr correcciones, es importante modificar las actividades y los movimientos que hacemos en nuestra vida diaria: cómo nos sentamos, nos paramos, las posturas que adoptamos -en la escuela, en el trabajo-, cómo nos levantamos de la cama, cómo caminamos, cómo nos vestimos y hasta cómo cargamos los distintos objetos. Sin esas “correcciones” conscientes, el cambio se hace muy difícil.